L’Artisan Furansu 


Nunca he escuchado a los vecinos de arriba. Jamás. Hasta hoy. Precisamente cuando te tengo delante de mi, mirándome en silencio.
Nos reímos con una risita apagada y nerviosa. Te miro. Me miras. Bajas la cabeza… solo un instante, te busco, busco ese pez del que me hablaste, cálido, huidizo… Abro los ojos y ahí está, como tú decías, el cíclope de Cortázar. 
De repente lo siento, agudo como una punta de lanza, veloz como una culebra; ¿dónde se fue el olor a fruta madura? Yo solo siento las brasas del infierno. Desconcertado busco tus ojos. No llego a verlos. Un intenso dolor en el labio me hace despertar del trance, y allí estás, gorgona Medusa, respirando los vapores del Hades, traspasando mi cerebro con tus ojos en llamas…  

Fotografía de. upload.wikimedia.org

 De nada me servirá el escudo de Teseo. Intento dominar a las serpientes que me atacan y se esconden, noto el veneno inundando mi cuello, mi cabeza, mis brazos, mis brazos…. Con ellos sujeto los tuyos, con fuerza, y vuelvo a mirarte, furibunda… Correré el riesgo de convertirme en piedra… Pero no dejaré de mirarte… Silencio. Poco a poco el brillo terrible se apaga. La respiración se normaliza. Medusa se hunde poco a poco en su caverna. La tensión desaparece, por completo. Noto tu cuerpo inerte bajo el mío. Te miro. Me miras. Me miras con ojos vacíos y la boca entreabierta.  

fotografía de hoyesarte.com

 
Soy Teseo. Reclamo mi victoria. Porque ese triunfo mio no es sino tuyo, que has sabido llevarme del juego de niños con tiza y piedra a los mitos griegos tan antiguos como el fuego… fuego casi apagado, enanas blancas en tus ojos vacíos… 
Soy Teseo, y creo ver una sonrisa en esa boca entreabierta...

Texto original de Aker H. En desinteresada colaboración con Placeroral.

Tras cerrar el libro que estaba leyendo sobre Teseo, salí por la puerta norte de la estación de Shinjuku. La estación es la mas grande del mundo con un tránsito de gente de más de dos millones cada día. 

Tenía miedo a llegar tarde a la cita y había comenzado a ducharme dos horas antes. Una ducha antes de una cita es casi como una ceremonia. Siempre comienzo por rasurarme la cabeza. El poco pelo que aún queda en ella pide a gritos hacerlo desaparecer. La vibración de la maquina sobre mi cabeza me produce sensaciones placenteras. Es como una caricia recorriendo mi nuca, como la de unos dedos acariciandome, junto a las orejas. 

Pienso en Anaidari y sin dudarlo, le escribo un mensaje.

💬Rosaluma✨» Kon-nichiwa Anaidari (buenas tardes), solo dos horas mas y cenamos juntos.»

Abro el agua caliente de la ducha y la dejo correr. Busco una maquinilla de afeitar nueva y entro en la ducha. 

Aquí pasare un buen rato. Bajo el agua caliente me siento bien….me siento con la inspiración suficiente como para rasurar arriba y abajo. Con sumo cuidado abajo. Con sumo cuidado arriba.

Las maquinillas de afeitar japonesas no terminan de gustarme y me hacen ser mas precavido. 

Por fin he conseguido vestirme. 

Entre prenda y prenda no he dejado de mirar el movil. Por fin llega su mensaje.

💬Anaidari💠  «que un hombre entre en la ducha antes que yo, solo puede significar una cosa. Que llego tarde»

Al  salir del hotel Gracery Shinjuku en el barrio de Kabukicho, famoso por ser el que da cobijo al barrio rojo de Tokio, no pude evitar sentirme nervioso. Se acercaba el momento tan deseado. Conocer en persona a la chica de las estrellas. ..

Nos habíamos citado en un restaurante que «fusiona» cocina francesa y japonesa. Algo fuera de los estándares turísticos.  

Tras cruzar varias calles  y transitar por sus aceras alucinando con el barrio rojo y con el erotismo que emana de cada tubo de neón y de cada luminoso led, decidí no esperar en la puerta del restaurante y sin saber mas de dos palabras en japonés, me dirigí a los camareros.  

 

«Konbanwa«. Dije. O eso al menos intenté (buenas noches) 

«Watashi wa 2tsu no yoyaku o motte imasu, namae ni Anaidari.» (Tengo una reserva para dos personas a nombre de Anaidari). Me lo había aprendido de memoria sabiendo ya, que llegaría antes que ella al restaurante.

Me senté en un taburete en la barra, desde donde podía ver la calle. Intentaba mirar a cada chica que por un segundo aparecía ante mi vista a través de la hoja de cristal de la puerta. 

Ninguna se parecía a las fotos que Anaidari me había enviado al movil. Solo sabia que llevaría ,casi seguro… un vestido azul. 

Ya tenía a medio beber mi cerveza Kirin cuando su sonrisa me miro desde la calle y sus ojos me sonrieron…. No supe que hacer… ¿Acercarme a la puerta?… ¿Esperar a que entrara?… ¿Soltar la cerveza?…  ¿Saludarla con ella en la mano?… Mientras decidía,… ella ya había entrado, ya había dicho mi nombre y esperaba mis besos. 

No se si llegué a decir «estas preciosa» pero lo pensé. De eso estoy seguro.  

 Anaidari no es una chica de revista… Es mejor que eso.!! No es una chica con las medidas supuestamente perfectas,..Pero si deliciosas. Y tiene ángel. Tiene algo que hizo que la música del restaurante se apagara en mis oídos. Algo que me hacía temblar. Algo que me paralizaba y me excitaba al mismo tiempo. 

Todo a mi alrededor desapareció. Solo su cara, sus ojos, sus labios, sus hombros y el dibujo de sus pequeños pechos existían para mi.  

 La carta que el camarero había dejado sobre las mesas en algún momento que no acerté a observar. También era invisible para mi. 

Finalmente nos decidimos y comunicamos al camarero nuestra elección. 

Teníamos los platos ante nosotros y los palillos entre nuestros dedos. Como si del baile mas sensual se tratase, íbamos llevando la comida a nuestros labios. Yo debía estar haciéndolo también porque en mi plato había cada vez menos Tartare de Chicharro, jengibre y caviar de berenjena.  Pero no era consciente de mis movimientos. Toda mi atención, tanto la consciente como la inconsciente estaban puestas en el parpadeo de Anaidari. En su parpadeo mientras hablaba y masticaba.  

 El plato estaba delicioso. El sésamo y el caviar de berenjena acompañan muy bien al Chicharro. Muy recomendable. 

Habíamos pedido también atún que tardaba en llegar. A mi no me importaba. No tenía ninguna prisa. Todo lo contrario. No quería que la noche acabara nunca. 

Mientras seguíamos hablando, mi imaginación ya empezaba a funcionar y las sabanas blancas hacían su entrada en ella. Sábanas blancas casi tan blancas como la piel de Anaidari, casi tan blancas como su ropa interior. 

Intente centrarme en la cena, en lo que me decía. Quería memorizar cada palabra pronunciada, cada movimiento de sus labios. Quería poder revivir en sueños cada sensación con ella… Pero… Era su lencería la que veía. Miraba sus ojos y veía la lencería azul. Sus labios… Y todo se volvía rosa. Su piel… Miraba su piel y entonces imaginaba su lencería por el suelo. 

Procuré concentrarme en el Maguro (atún rojo). Pero era demasiado rojo como para no seguir imaginando. 

  

Okra y Ñame rallado o Natto con Sashimi de Atún. 

Este plato nos hizo hablar de el. Y gracias a eso mi concupiscente cerebro se relajó un poco. Anaidari lo definió muy bien. «Los ingredientes no se hablan. No tienen nada que contarse el uno al otro. Ni las texturas. Y se nota «. Terminamos por comernos solo el Atún y no con demasiado entusiasmo. Este plato es muy mejorable. 

  

Maki de Atún, Salmón, Corvina y guacamole. 

Decidimos dejar los demás ingredientes que afeaban al atún y terminar con el Maki. Comenzamos a jugar con el wasabi y la salsa de soja, pero pronto suprimimos tanto el guacamole como la soja para hacerlo solo con el wasabi. 

El Maki no necesitaba de más. Cada Maki llevaba los tres pescados. Personalmente prefiero un sabor en cada Maki. Me gusta mucho más poder saborear el atún, después el salmón y luego la corvina. Los tríos nunca han sido lo mío. 

  

Había que pedir los postres. Yo tenía clara que palabra debía salir de boca del camarero. Lo que no sabia era que elegiría Anaidari.

Ella se decantó por el Mascarpone y dulce de leche en dos temperaturas. Yo podía haber pedido lo mismo pero cuando el camarero nombró el bizcocho caliente de chocolate con helado de vainilla… No pude resistirme.

Mientras comíamos cada postre, no podía dejar de pensar en como sabrían los labios de Anaidari.

Deseaba terminar mi chocolate y salir del restaurante para besarla. Quería sentir su cuerpo. Quería notar sus pechos contra mi… Sus manos acariciandome.. Quería su aliento en mi boca… Sus gemidos parecían recorrer ya mi cuerpo….Me imaginaba buscando sus placeres por encima de la ropa. Sintiendo cada centímetro de su piel…
  

… No pude resistirme… No…. No al ver su cuello… Al ver esa vena que se hinchaba y serpenteaba desde su oreja a su clavícula… No debí hacerlo… Pero no pude resistirme… 

Me lance hacia ella… Con una mano la sujete suavemente del hombro… Con la otra… Inmovilice su cabeza acariciandole la nuca… Y no… No pude resistirme… Primero mis labios y después mi lengua recorrieron todo su cuello. Saboreando su perfume. Degustando su sudor. Chupando… Lamiendo… Chupando… Chupando… 

Y ella gimió… Gimió de placer. Momento que aproveche para clavarle mis colmillos y gritar de placer mientras absorbía el amor que llevaba dentro. El que tanto necesito.

Podía haber pasado en Tokio. Pero ocurrió en Madrid. España.

En el barrio de las letras. Calle Ventura de la Vega,15

L’Artisan Furansu Kitchen en Tripadvisor 

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25 pensamientos en “L’Artisan Furansu 

  1. Genialmente creativo!! Pensé en realidad que estabas en Tokio, nuevamenye me deleitas mis jueves al recibir una lectura que despierta mis sentidos, especialmente del gusto, además de activar mi imaginación…grandes las ganas que tengo de ir Madrid.
    Feliz jueves…y te espero!!!

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  2. Emocionante relato el del restaurante. Y muy bonita manera de combinar la descripción de los platos con una historia que mantiene tu atención hasta el final. Me pregunto cuánto hay de ficción y cuanto de realidad…. mejor no nos lo cuentes y déjanos soñar que existen citas así 🙂
    Un saludo y enhorabuena

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    • Podía haber sido verdad, y de hecho lo fue aunque me lo este inventando.

      Muchas gracias Anónimo.
      Me alegro de que los textos te hayan gustado y emocionado hasta el final.
      Espero que sigas leyéndome en nuevas ocasiones.
      Besos.

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  3. ¡Bonita sorpresa! ahora además de saborear platos que despiertan los sentidos y soñar con ser saboreados como tus protagonista,también nos sacas de Madrid para pasear por…………….Tokio!!!!
    Gracias por librarme de desayunar con las noticias un jueves más.

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  4. Ufffff he saboreado cada una de tus descripciones, texturas y palabras.cada jueves te superas, sigue así rosalum@ eres mi deleite favorito de los jueves, gran artista de las palabras y los sentidos. Más si

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    • Muchas gracias Ahlamy
      No seria mala idea degustar la cocina Argentina ya sea en Madrid o en Buenos Aires.
      Espero que lo que escriba en el blog en adelante, también siga gustándote.
      El sexo y la comida son, al menos para mi dos grandes placeres. Y si se adereza con buenas risas… Entonces ya no se me ocurre nada mejor.
      Una vez más, gracias.

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    • Wow!!! Graciaaasss. No se que decir!!!
      Gracias. Ahora tendré que esforzarme el doble para que te sigan gustando.
      L’artisan Furansu es muy especial para mi. Tiene cosas que salieron de mi corazón y otras que llegaron y entraron para quedarse para siempre.
      Gracias. Me encanta que te guste.
      Millones de besos.

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  5. La verdad es que mientras leía el post, se me hacía agua la boca, y es que tu descripción de los platillos es exquisita, no sabes como se me antojo el maki con guacamole, en cuanto al sésamo y el caviar de berenjena tendría que haberlo probado con los ojos vendados ya que tengo la mala costumbre de no probar si no trae algo que no me gusta, pero gracias a este blog me doy cuenta que me estoy perdiendo de muchos placeres. Gracias por traerlos a mi vida!

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    • Muchísimas gracias!!
      Me ha echo mucha ilusión leer tu comentario.
      En cuanto a tu «costumbre»… Yo tengo otra, y es que nunca digo «no» a nada sin haberlo probado antes. (Salvo que este demostrado que va en contra de mi salud, claro)
      Mil besitos con la boca hecha agua.

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