Mañuco Benta

…Para mí era un día especial.
Era mi primera vez.
Había estado viendo vídeos en internet para ponerme a tono. 
No quería quedar mal o no aguantar hasta el final.

Ese día me alimente bien… Y bebí… Me hidraté mucho… Necesitaba estar como un toro.
Cuide hasta el último detalle de la iluminación.
Quería que se sintieran cómodas… y lo dieran todo.
Iba a hacerlas sentir flojear sus piernas…Desencajar sus rostros…Que para cuando se desnudaran…ya estuvieran empapadas.

  
No podía apartar la imagen en mi cabeza de sus culitos respingones y sus muslos torneados.
No podía dejar de imaginar sus ojos clavados en mi… Las sonrisas de complicidad entre ellas.
Quería dejarlas a todas un buen sabor de boca… Que quisieran repetir…dejarlas exhaustas.
La temperatura era ideal…
Poco a poco la calefacción subiría a costa de sus cuerpos.
Las haría sudar al mismo tiempo que yo. 
Nuestros cuerpos brillarían bajo las luces de neón.
Estuve seleccionando también la música. 
Mucha y variada música.
Ritmos rápidos y ritmos algo más lentos.
Trate de crear un entorno cálido. 
Algo que trasmitiera calor.
Que la música las arrastrara.
Que fueran a mi ritmo. Si no lo conseguía, estaba perdido.
Que los sonidos, les hiciesen sentir el fuego suficiente para entregarse a tope.
Música conocida para calentar el ambiente.
Música más potente para activarlas en el momento justo.
Música de 72 rpm para hacerlas volar.

  

Tenía que mantenerlas a todas animadas.
No podía mirar más a una que a otra…
Tenía que dedicarme a todas…
Tenía que provocarlas por igual y hacerlas disfrutar.

Fueron llegando poco a poco.
Primero Marta. Preciosa con su conjunto negro.
Enseguida llegó Ana, con su pelo rubio recogido con una goma.
Madi y Mónica llegaron juntas. Ya me había avisado Madi… Traería a una amiga.
Sabía que era algo más que su amiga… «mejor» pensé.
Mía, llego la ultima. Suya era la idea y habíamos estado preparando todo entre los dos.
Estaba preciosa con su pantalón corto y su camiseta de tirantes. Llevaba una botella blanca en la mano. Con la otra me sujetó por la cintura al besarme y me preguntó… ¿Nervioso?… No tienes por qué!! Me has demostrado muchas veces de lo que eres capaz!!
Frank al final no ha podido venir… Le dije a Mía.!
Bueno… Todo chicas… Te quejaras…!!

La escena era la siguiente… Ellas… Una junto a otra frente a mí… Yo…, solo frente a ellas.

Cinco pares de ojos mirándome. Cinco escotes frente a mí…. Me entro miedo escénico.

Recordé en ese momento las palabras de Mía, «Tú solo guíanos… Se divertido…Ponnos a cien, luego todo irá rodado…haznos disfrutar a tope y todas suspiraremos al final»

Puse música… Un ritmo relajado, pero marcado.. Dos, tres, cuatro…. Dos, tres, cuatro…

Y así comenzó mi primera sesión como instructor de ciclo indoor!!

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue aunque me lo esté inventando


  Tras una brillante y agotadora MasterClass con mis compañeras de gym,… Mía y yo, decidimos hacer un viaje a tierras Vascas. 

Nos subimos en mi calesa tirada por 165 caballos negros azabache y en un santiamén estábamos en Bermeo. 

Y allí, entramos a cenar en Mañuco Benta. 

Mañuko Benta es una casa rural ubicada en el corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, entorno natural de marco incomparable, está rodeado de playas, bosques y los valles más importantes de la Costa de Bizkaia. País Vasco. 

Llegamos sedientos. Los 45 minutos sobre las bicicletas, sumados al viaje, nos habían dejado agotados.¿que hay mejor después de hacer ejercicio y de un trayecto de 450 Km que una cerveza?

Dando los primeros sorbos se nos antojaron unas anchoas de Santoña. 

Cuando llegó el plato a la mesa, no sabía si comérmelo o jugar al «tres en raya». Me pareció divertida la presentación. Una buena forma de llenar un plato con tan solo ocho anchoas!!

Eso si… Exquisitas. Para nada estaban saladas y habían sido muy bien desprovistas de las espinas. 

  

Como aperitivo estaban muy bien, pero había hambre y necesitábamos algo contundente. Elegimos queso Idiazabal. Un queso de oveja elaborado en el país vasco que tiene un sabor intenso y toques picantes y ausente de amargor que deja un sabor persistente en el paladar. Las nueces, además de servir para adornar el plato, consiguen añadir nutrientes al organismo y energía para los momentos de cama. 

No me repito si digo que también estaba exquisito. 
  

Pero por mucho que se diga, solo de queso, no vive el hombre. Buscamos en la carta… Y apareció el Bacalao. Imposible resistirse 

Su textura gelatinosa, su sabor, el aceite y el ajo…. Uhmmmm solo haría falta un buen cepillado de dientes después… Y a la cama.
 

Un bonito lugar. Un precioso alojamiento y una cena «exquisita»

Muy recomendable.  

Mañuco Benta en Tripadvisor clic aquí 

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