La Darsena

Cuando ella se va…!

Nunca cierra los ojos.

Cuando ella se va…!

No deja lugar a dudas.


Justo antes de irse…!

Llega el silencio previo a la explosión.

Justo antes de irse…!

No… No deja lugar a dudas.

En el momento en que se viene…!

El calor es abrasador.

En el momento en que se viene…!

Me quemo en su placer.

 
Me gusta sentirme el único que la hace correr.

Ven…Ven…Ven…

Si, Niña…hazlo ahora…ven…quiero verte correr.

Mírame… Mírate…
 
Cuando ella vuela hacia mi…!

Cuando ella se va…!

Cuando ella se viene…!

Y corre hacia mi…!

Haciéndo el amor, alguna lágrima se le escapa

Me hipnotiza…

Haciéndo el amor, sus ojos se humedecen.

Uhmmm… Que sexy…

Haciéndo el amor, me abraza.

Y como una revelación…

Me veo…haciéndola el amor,… Y somos…una obra de arte….

Y es que hacerla correr, me deja…

Exhausto, pero con fuerzas para mover montañas…

 Cuando ella se va… 

Y sus labios se encharcan…

Cuando ella se va… Y sus mejillas se inundan de calor… 

Le diría cosas tan bonitas… Le diría que la amo con poesías…

¿Pero como estar a la altura de las suyas?…cuando me dice…

«Cada día contigo parece ser el mejor…hasta que llega el siguiente día y lo supera»

«Mi niño loco…. Loco te conocí, loco me enamoraste… Loca me volviste»


«Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando


Quiero agradecer afectuosamente a Silvia Sala Franca por haber accedido a colaborar con Placeroral. Suyas son las fotografías que encabezan esta entrada, incluida la portada. Os invito a visitar su blog (click aqui), que ademas de fotografías increibles, contiene poesias fruto de su sensual y enorme creatividad.

 

La Darsena es tal vez el mejor restaurante de Suances. Por alguna extraña razón, las fotos que hice durante la cena, se quedaron en el fondo del carrete de mi smartphone. Estuve en esa localidad Cantabra hace ya seis meses y aunque recuerdo perfectamente cada instante que pase en el restaurante, he decidido inventarme una historia para ir explicando lo que allí comí. Esta aclaración la hago porque hay gente que se lo cree todo (Entre los que me incluyo) y quiero dejar claro que los platos son reales pero la historia no. Por increíble que parezca, no fue eso lo que ocurrió.

 

Entre en la App de contactos decidido a darme de baja. Eran demasiadas citas ya. Todo se estaba empezando a frivolizar. Yo empezaba a ser un tempano de hielo y ya todo me valía. Daba igual como fuesen. Lo que me importaba en ese momento era no repetir nombre. Ya tenía Montse, Carmen, Ana, Diana, Conchi, Patricia, Virginia, Monica, Sara, Azucena, Rosa, Maite,  Natasha, Vanessa, Zoe, y un largo etcétera…. Se me había antojado una Cristina. No se la razón tal vez porque había quedado con dos y no me habían gustado. Había que solucionarlo.

Mire la App y enseguida fueron apareciendo Cristinas y entre ellas una que no se llamaba así pero que aparecía en la foto de perfil con un pájaro de vivos colores en su hombro.

¿Quién podía aparecer así en una foto de una app de contactos? Solo una loca. Y me encantan las locas.

Así que ni corto ni perezoso evoque su cuerpo y lo extraje de la pantalla del teléfono materializandolo ante mi… La besé y la pregunté si quería comer antes de ser comida.

Su sonrisa fue tan viva y natural que no pude evitar cogerla de la mano y llevarla a La Darsena.

Allí sin dejar de besarla en ningún momento, decidimos,  que aunque estábamos en un buen restaurante, mejor pedir tapas al estilo taberna. No nos apetecía una paella al estilo santanderino, ni marisco del Cantábrico. Mejor algo ligero para poder después continuar recorriendo la noche, livianos y ágiles.

De primero, «Croquetas de Bacalao con Almejas a la Marinera». Un buen bocado para comenzar.

 Las croquetas eran realmente de bacalao. Mucho bacalao. Exquisitas. Además el sabor de la salsa y el hecho de comer las almejas con las manos, hacia del plato un acto de degustación muy sensual.

La preciosa mujer que tenía ante mi conseguía además excitar mi cuerpo, al verla como se mojaba los labios con la cerveza. Su pelo ondulado parecía recién peinado por una profesional. Sus ojos azules como el cielo y su escote ligero y sugerente acompañaban muy bien a su sonrisa.

Sus uñas pintadas de color turquesa añadían un efecto de joyería a sus manos. Uhmmmm… Estaba deseando ser acariciado por ellas!!

Mientras hablábamos y comíamos, mi imaginación voló….

Hacíamos el amor en el umbral de la puerta de una casa llena de colores. Con el piar de su pajarito de colores como hilo musical. Un encuentro fugaz. Tan solo un momento lleno de pasión y lujuria en el que los dos disfrutamos al máximo. De pie contra la pared del pasillo. A medio desnudar. Tan solo con la ropa que no estorbaba para gozarnos a tope.


Seguimos degustándolo las almejas una a una. Las croquetas una a una. Y sus besos… Los deseaba uno a uno.
Otra vez mi imaginación retomó el vuelo. Ahora era en una cama grande con un cabecero de forja y un baúl a los pies… Las sabanas parecían de nube y el colchón el paraíso. Sus besos se materializaron en la mesa del restaurante al tiempo que sus manos acariciaban mi pierna.

«Cuéntame… A que te dedicas?» Me preguntó

«Soy un viva la virgen» le dije. «Un simple vividor» continúe.

«Llévame contigo» me dijo sonriendo.

 Y tras pedir unos «Calamares» que estaban en su punto de sal, y que recomendaría a cualquiera que visite La Darsena, la abracé y por arte de magia, la lleve hasta mi dormitorio, en Madrid, donde le presenté a mi gato y desenfrenadamente gozamos el uno del otro. Su sabor salado como el mar y su olor fresco como el de un jardín de un palacio real, consiguieron que mi placer se equiparará al suyo. Lo di todo mientras pensaba que ojalá nunca más volviera a meterse en la pantalla de mi teléfono a través de esa app de contactos. La quería solo para mí.

Y en ello estoy. Intentando amarla como nunca he amado. Consiguiendo sin esfuerzo, amarla como nunca he amado.
La Darsena. 

Calle El Muelle, 23

Suances, Cantabria. España
Un lugar donde enamorarse si vas con una persona superextraenamorizable!!! Aunque solo la lleves en tu cabeza.

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Todas las fotografías excepto restaurante, por Silvia Sala Franca, incluida portada.

Bazaar

¿Qué es la magia? ….

La magia lo envuelve todo, está por todas partes…solo hay que saber encontrarla.
Yo lo hice…sisisiiii, lo hice. Fue sin querer. Me topé con ella una noche sola en casa, cuando unas palabras me susurraron al oído…”Hey, ahí está. No lo ves?…Mira el teléfono”
Hice caso y lo miré. Ahí estaba, hablándome, la magia hecha TEXTO….
Me pilló por sorpresa, con la guardia baja…y me dejé envolver… Mmmmmm, cómo me dejé envolver. Me tomó, me poseyó, me embaucó….hasta que deseé que la magia se hiciese CUERPO.
Lo deseé fuerte…y también ocurrió.
Con un toque de varita su agujero de gusano lo trajo hasta mi puerta…”Hola, qué tal? Dónde vamos?”
Entonces deseé BESOS mágicos….y la magia los trajo a mí. Besos que erotizan y enganchan. Besos que excitaron y dejaron huella en cada poro de mi piel.
Mi piel quedó sellada con su magia….ya no deseaba otra cosa que esa magia…era, es, mi droga.
Mágica droga de deseo, sudor y risas.
Deseo sellado en cada lugar visitado, dejando gotas de magia por doquier: jardines mágicos, balcones mágicos, zaguanes por donde la magia se libera en ríos enteros, máquinas del espacio-tiempo fascinantes, sofás encantados, cocinas de guisos hechizantes; donde se cocina el deseo por litros y la fragancia del sexo exorciza el ambiente; lechos donde la magia liberó de tabúes la sexualidad compartida….donde todo es posible y más que probable…
Después desee AMOR mágico…y caí rendida en él.
Amor por las primeras veces, amor al sexo sin mesura, amor por cuidar y ser cuidado, amor al placer desinteresado, amor por la dulzura de sus caricias, amor por el instinto del animal desatado, amor por el sabor de su sexo, amor por el sudor de dos cuerpos, amor de labios resecos pidiendo miel a gritos, amor que explosiona e invade, amor rebelde y desmelenado, amor, amor, amor…amo tu cama rica.

Hoy pediré un nuevo deseo mágico….he sido buena y mi hechicero un Santo…:-P

Feliz día de Reyes……MAGOS!!
Marmayan.

Texto íntegramente escrito por Marmayan en desinteresada colaboración con Placeroral.

Gracias Marmayan. Gracias a ti. Siempre a ti..

 

 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando.


Después de leer a Mamayan no pude evitar volver a contactar con ella.

La escribí para agradecerle el texto que me había dedicado y mi sorpresa fue «mágica» cuando además de decirme que lo había escrito tal como lo sentía, me dijo que me invitaba al teatro.

Así que me deslicé hasta el baño y procure restaurarme lo mejor que pude.

A través del agujero de gusano que tantas satisfacciones me ha dado me trasladé a su casa, donde nervioso, la recogí para ir a ver la obra «El Nombre» al Teatro Alcázar en la madrileña calle Alcalá.

Llegamos con tiempo suficiente como para comprar unos juguetes en las numerosas tiendas «de juguetes» del barrio de Chueca y contentos y entre risas nos fuimos a ocupar nuestras butacas, al teatro.

Tras muchos y interminables aplausos hacia los actores, salimos sin saber dónde cenar. Pero volví a pensar en Chueca y tras cruzar la Gran Vía y callejear unos minutos, llegamos a «Bazaar»

No habíamos reservado mesa y era víspera de Día de Reyes. Así que estaban todas las mesas ocupadas. Yo ya temía lo peor pero Marmayan hizo uso de sus poderes sobrenaturales y con una sonrisa y sus ojos violetas le dijo a la señorita de recepción.. » en 15 minutos habrá una mesa libre a nuestro nombre. Íntima y cómoda. Bien situada y con la iluminación apropiada para dos seres extraordinarios»

Yo, con los ojos fuera de sus órbitas y alucinando con lo que estaba escuchando, no pude dejar de sorprenderme cuando la recepcionista le pidió que le dijera a qué nombre realizaba la reserva.

 Y así fue como unos minutos después, estábamos eligiendo los platos que cenaríamos. Todos ellos para compartir.

«Ensalada de algas con atún y Sesamo» fue la primera elección. Un plato exquisito y de sabor potente y agradable. Teníamos hambre y lo devoramos mientras comentábamos la obra de teatro. Para beber habíamos pedido vino blanco. Vino de la casa.


Seguíamos teniendo hambre así que cuando llegó el segundo plato… «Alcachofas Blancas con langostinos», también los devoramos mientras reíamos a propósito de los juguetes y de lo joven que era la noche.

Riquísimo plato, que aderezado con su sonrisa, su mirada y su escote, me supo a gloria bendita. Una excitante gloria bendita


Como tercer plato pedimos «Tartar de Atún al estilo Bazaar».

Esta bueno. Pero nada comparado con el que comí en Toledo.

Eso sí, lo comimos charlando sobre besos, caricias y placeres infinitos y eso, lo convirtió en plato delicioso y breve.


Solo quedaba el postre antes de volver a coger el agujero de gusano para después jugar en su casa, y que mejor colofón que un «Chocolatisimo». Bizcocho de chocolate relleno con chocolate caliente.


Un lugar donde tener un orgasmo gastronómico. No es caro y sales con ganas de fiesta si la compañía es agradable y la química existe. Precio de lo comentado…34€

Si no se tienen poderes sobrenaturales, mejor reservar con antelación.

Bazaar,

Calle Libertad, 21

Madrid, España

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Todas las fotografías por Rosaluma excepto donde lo indique.

Portada… imagen enviada a mi telefono en 2014 por persona anonima, no localizable

La Torre

El desayuno es el mejor momento del día.

«El café está listo» dices en tono burlón.

Adormilado aun, bajo las escaleras y voy siguiendo el aroma… Una mezcla entre el café y tú olor tras la ducha.

Llego a la cocina y te veo de puntillas con el pubis apoyado en la encimera y tus manos buscando unas tazas en el mueble superior… Qué bonita visión… Tu pijama deja que mi imaginación crezca al acercarme y no puedo evitar arrodillarme tras de ti…

Mis manos convierten tu pantalón en calcetines al tiempo que mi boca,…, mi nariz,…,mi cabeza…se pierden en tus sabores mientras mi lengua comienza a desayunarte… Uhmmmm como me gusta notar que pierdes el ritmo de tu respiración… Como me gusta notar cómo se te acelera el pulso y te tiemblan las manos mientras van deslizándose hasta el fondo de la encimera.
Cuantos sabores y cuantas texturas tienen tus desayunos…
Con ansias y al ritmo de la música de Prince, bailo funky entre tus carnes exprimiendo el jugo salado y con toques ácidos que siempre tienes para mí.
Vas haciéndole los coros a la canción con cada uno de tus jadeos…al tiempo que bebiendo de ti, chapoteo en tu sexofón.

La canción se termina pero la música sigue sonando.

Las tostadas saltan abrasadas.

La mermelada saluda frente a la mantequilla.

El tomate recién rayado espera en su cuenco junto al aceite y los frutos secos.

El café se va enfriando sobre la encimera.
Me incorporo… Quiero hacer sonar al clarinete usándolo al son de la percusión de mis caderas.

Me incorporo y la acaricio mientras bajo mi pantalón.

Y al oído la susurro…

.
«Lo tenías todo listo para desayunar, cielo»


«Todo menos la leche, mi niño»


«No te preocupes cariño…De eso, entonces, me encargo yo»

 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue aunque me lo esté inventando.


A tan solo una jornada de distancia se encontraba de mi. A tan solo una jornada usando los métodos de locomoción del imperio romano. Pero tras consultarlo con mi gato, decidí subirme en la cápsula de transporte vertical y acceder así a la máquina del tiempo que guardo en el sótano.

Programe las coordenadas de su casa y me acomode para disfrutar del viaje de tan solo 35 minutos. Si Trajano levantara la cabeza…

Llegue antes de la hora acordada. Maldito trasto, va demasiado deprisa.

Pero no tuve que esperar demasiado…Justo cuando el cuco de mi reloj empezaba a sacar la cabeza, apareció Ella en su carroza japonesa.

Lucia un deslumbrante vestido negro, zapatos de cenicienta recién restaurados y un sombrero que realzaba su mirada.

El abrigo negro y gris estilizaba aún más su figura. Sus pantorrillas… Sus rodillas… Uhmmmm que maravilloso potencial.!!!

Aparcó su carroza en el porche de su palacio y subidos en mi coche, tomamos rumbo a Guadarrama, un pueblo de la sierra de Madrid en el que Ella había reservado una mesa íntima para cenar.

Llovía…Por primera vez en meses, llovía… Uhmmmm… La noche prometía ser humeda…

Llegamos al Mesón la Torre sin retrasos. En sus alrededores el olor a leña no era muy intenso pero si perceptible y junto con el olor a lluvia, hacía que mis sentidos se agudizarán para poder disfrutar de cada sensación. Disfrutar con Ella.

En la barra, pedimos unas copas de Albariño, vino blanco gallego,  y nos dirigimos cargados con ellas a la mesa asignada. La más alejada del bullicio de la gente de la entrada. Una mesa tan intima y tan silenciosa que me dio miedo que se escucharán demasiado los latidos de mi corazón. Yo, que presumo de no tenerlo.

El camarero nos ofreció las cartas en la que había cuatro apartados bien diferenciados… Tardamos en elegir el primer plato porque aunque yo sabía qué era lo que Ella prefería, no quería ser yo quien lo nombrara.

 Finalmente elegimos por consenso y unanimidad con la intermediación del camarero…»Mollejas a la Plancha»… Le estoy cogiendo yo el gusto a esto de la casqueria.

El sabor era potente. Nada de sabores delicados para paladares delicados. Pero como no hay que volverse rudo de la noche a la mañana, con delicadeza, fui pinchando cada trocito, de uno en uno y de uno en uno los iba saboreando mientras veía como los ojos de Ella brillaban con cada pedacito en su boca.
Mientras hablábamos de ciertas vibraciones internas que se sienten muy adentro y de lo divertido que es cuando se sienten desde fuera, apareció el camarero con los platos principales. 300grs de «Lomo de Vaca Madurada». Y «Chipirones con Yuca y Remolacha»

 Fueron dos platos que también compartimos y que no decepcionaron en absoluto. La carne estaba exquisita y la yuca teñida daba al plato de mar una decoración floral.

Con tanta cantidad, una vez más tuve que perdonar el postre y nos decantamos por un café para contrarrestar el efecto del vino.
Entre risas y promesas que cumplir antes de dormir, llegamos a su casa, donde las risas continuaron y las promesas se cumplieron… Tocaba dormir. Estaba deseando que amaneciera y cumplir la única promesa que se había quedado en el aire. Pero eso sería durante el desayuno….

Mesón la Torre

58€ Con botella de vino incluida.

Calle de Cervantes, 1

Guadarrama, Madrid

España

Un lugar muy recomendable.

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Pulpería Vilalua

¿Como iba a hacer tantos kilómetros para conocerla?…

Ni que estuviera necesitado…

Tenía más amantes de las que podía atender, pero algo me empujaba a querer verla.
Las fotos que había visto en el chat me excitaban muchísimo. Sus ojos,…,sus labios,…,su forma de vestir…

Su forma de expresarse me resultaba muy sexy. Cada palabra que ella escribía y que yo leía, me hacía entrar en calor… Subían mi temperatura.
En fin… Me subí en el coche y me dispuse a recorrer los kilómetros que nos separaban con la firme intención de al menos pasar un buen rato… Pero… Sabía que no sólo iba a ser diversión por diversión.

Sabía que me enamoraría.

Sabía que no podría evitarlo.

Sabía y sé que no sé besar sin enamorarme. Que no sé acariciar sin pasión.

Sabía y sé que no sé hacer el amor sin amor. Que no se despertarme sin haber amado hasta la extenuación.

Sabía y sé que no sé amar poco a poco.

Sabía y sé que lo daría todo. Todo, esa noche.

Es bonito así.

Todo en una noche. Pero… ¿y… Que queda entonces para la siguiente noche?… Todo… Todo otra vez.

Así debería ser siempre. Todo cada vez. Amar sin medida. Amar hoy como si no hubiera mañana.
Nunca podré amar menos hoy, pensando que ya lo compensaré mañana. Lo he intentado. Pero no funciona. Yo, al menos yo…. No se subir, bajando.
Arranque el coche y puse el contador a cero. Nunca había hecho tantos kilómetros para conocer una mirada, una sonrisa,…unas caricias.
Pasaba el tiempo y la distancia se hacía pequeña y los nervios, grandes…. Ufffff… No podía olvidarme de su nombre…. ¿Cómo se llamaba?…. Vaya!!! Recordaba su pseudónimo en el chat. El nick creo que lo llaman. Pero su verdadero nombre…. Ay Dios mío….
Por fin llegué… Aparque mi nave espacial en tan sólo quince o veinte maniobras y apague el motor. Ahora era a ella a quien quería encender.
Caminé tan solo unos pasos, mientras revisaba que lo llevaba todo.

Todo,…, incluso el corazón, aunque quería salirse de mi pecho.

Caminé tan solo unos pasos….

Y allí estaba ella…. Fascinándome con sus ojos, que la brillaron cuando le dije…

Bueno,…, lo que le dije,… Mejor queda, entre ella y yo.

 

 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando

 

No sé que tendrán los bivalvos que me gustan tanto…!!!

Solo mirarlos ya es un placer.

Calentarlos con diferentes técnicas y ver cómo van abriéndose mientras sueltan ese juguito tan rico. Ver cómo quedan indefensos mientras parecen ir diciendo… Cómeme!!! Uhmmm… Me encanta!

Quería ir a un restaurante que me había recomendado Iñaki.

Iñaki es un tío de esos que te encuentras una o dos veces en la vida. No sé de dónde saca el tiempo para saber tanto de tantas cosas.

No… No es el típico pedante que se cree que sabe más que nadie.

Iñaki sabe, de verdad. Y no presume de ello. Te lo cuenta con total naturalidad.

Iñaki siempre está dispuesto a echar una mano. Si necesito algo, me lo da, y si no lo tiene, lo busca. Iñaki es cojonudo, como Iñaki, no hay ninguno.!!!
En qué estábamos… Ah si…. El restaurante… Pues bien, no sé cómo ni porque olvidé reservar mesa en el sitio que nos recomendó (pendiente queda)  y tuvimos que improvisar otro sitio en una calle paralela. Un restaurante ubicado en el Barrio de Salamanca de Madrid. Uno de los barrios más caros y elitistas de la ciudad, pero el resultado fue un poco agridulce.

Entramos en el local y vimos que todas las mesas estaban vacías. Tras decir a la camarera que teníamos una reserva, nos dijo con una sonrisa que pasáramos al fondo. Atravesamos la hilera de mesas vacías y llegamos a un pasillo desde el que pudimos ver en lontananza un pequeño salón con tres Mesas. En una de ellas, dos parejas estaban cenando.

 Al menos no éramos los únicos. Todo un alivio.

Pedimos caldo gallego para empezar porque habíamos pasado mucho frío pateando la ciudad esa tarde…. Pero… Horror!!! No quedaba caldo gallego. Mire la carta para cerciorarme. Y si… En la carta ponía «Pulpería Vilalua, Pulpeira Galega», pero no tenían caldo gallego.

Pedimos mejillones para entrar en calor y dos Albariños para entrar más aún en calor.

Los mejillones a la gallega estaban riquísimos. Eran grandes y jugosos.

Dimos buena cuenta de ellos en un momento.

 Justo el tiempo necesario para que llegaran las zamburiñas con sus bonitas conchas y corales. Muy ricas también.

Aunque algunas aún conservaban un poco de arena. Y eso, claro está, le resta valor y sabor al plato.

 Después llegaron las navajas. Y es que la noche iba de bivalvos.

Las navajas aún conservaban un sabor a mar muy sensual, incluso erótico pese a estar demasiado hechas. Lo que significaba que había buen producto y mal cocinero.

 Por último llego la ensalada de pulpo con salsa salvaje. Volví a mirar la carta. «Pulpeira Galega». Si. Eso ponía.

Menos mal que mi preciosa anfitriona y un servidor, nos llevamos bien y no nos peleamos por el pulpo. Sobre el abundante tomate había Cinco trocitos de pulpo. Es decir, que con un tentáculo preparan seis o siete ensaladas.

 Claro… Seguíamos con hambre, así que pedimos Lacón Asado. El lacón no es un bivalvo pero me iba a dar energía para la bonita noche que se presentaba. Pero… No les quedaba lacón.

Le preguntamos al camarero si le quedaba café y tuvimos suerte. Había café.

Pedimos la cuenta, que pagó ella tras insistir varias veces. La verdad…!!! Me daba rabia que pagará 44€ por lo que nos habían puesto sobre la mesa. Pero quise complacerla respetando sus deseos.

Esa noche tendría que darle unos besos adicionales, pero total…. Me encanta hacerlo.

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Pulpería Vilalua 2
Calle Jorge Juan 71, Madrid.

44€ dos personas.
Casi Gatillazo.

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© 2015 Rosaluma todos los derechos reservados

Casa González 

«Si pasáramos cinco días juntos, solo podría escribir parte de la verdad«.

Diría que fueron cinco días de sexo en los que solo paramos para comer y dormir lo justo y necesario. 

  
De contarlo, tendría que escribir que lo hicimos en el sofá varías veces hasta quedarnos dormidos rezumando sexo…Que fue súper divertido hacerlo en la cocina… Sobre la encimera… En el suelo. Contra la lavadora… Fue increíble en tu cama con el cabecero a los pies, con las sabanas por encima, y encima de las sabanas… Escribiría que no olvidare nunca tu baño, la espuma, las velas,…, tu coche, acariciandote mientras conduces,… tu balcón lleno de miradas furtivas, tu salón, tu ducha…

Tendría que escribir que hicimos el amor tantas y de tantas formas diferentes que el kamasutra se quedó pequeño… Que tu lengua es fabulosa. Que tus manos son las de una geisha. Que tu calor interior es increíblemente acogedor independientemente de por dónde se acceda a el. 

Si lo tecleara… , tendría que escribir lo maravilloso que fue perder la cuenta de tus órgasmos. Perder la cuenta cada día de esos cinco días. Tendría que escribir que perdí la cuenta de los míos. 

Escribiría lo placentero que es comer contigo. Comer vestidos y comer desnudos. Y,… ¿como dejar de escribir sobre lo bien que sabe una copa de gintonic bebida a sorbos entre besos?…¿Como dejar de escribir sobre el aceite de masaje, escribir sobre tu ropa por el suelo…?

«Si pasáramos cinco días juntos, solo podría escribir parte de la verdad».

¿Pero sabes? Hay algo que guardare solo para nosotros….

Y es que ya lo dije en una ocasión. Se me da mejor amarte que escribir para describir cómo te amo. Allá donde estés. Existas o no!! 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando.

 
Agradezco a Hermes su generosa colaboración, haciéndome llegar tres de sus obras. Solo he usado una. La que he pensado más acorde a este post. Pero podéis ver su blog y veréis que hace cosas realmente preciosas. https://tintascreativas.wordpress.com

Casa González es una taberna. No es un restaurante. Pero te aseguro que se sale cenado y bien cenado de allí. Aunque nosotros por razones laborales, fuimos a merendar. 

Incluso habrá quien diga que tampoco es una taberna. 

Al entrar, a la derecha queda el mostrador donde uno de los habitantes de Casa González, te venderá quesos y fiambres al peso. 

  
   

  

 

A la izquierda y un poco más al fondo hay una barra donde poder tomar un aperitivo. Y ya al fondo, está la zona de mesas. Es aquí donde decidimos sentarnos para degustar alguno de los muchos quesos de los que dispone el establecimiento. 

  

Pedimos una media ración de quesos españoles, una copa de Ribera de Duero y otra de Albariño. 

Fuimos degustando los quesos de uno en uno. Normalmente, se comienza por el más suave y se termina por el más fuerte de sabor. Pero soy un transgresor de normas y un impulsivo incorregible, así que, me lancé en picado hacia el queso de Cabrales. Para quien no lo conozca, es un queso asturiano, de un olor fuerte e incluso apestoso y de sabor tirando a picante. A mí me encanta. 

   
Después fueron cayendo los demás. Fulminados en nuestros paladares. El último en caer, el que se creía ya a salvo, fue el más fresco, que fue devorado junto con el membrillo que le ocultaba. 

Sabíamos que nos iba a apetecer algo más, así que preguntamos al camarero para que nos recomendara con que seguir,  y sugirió los pimientos del Piquillo rellenos de bacalao. 

  

  

No lo preparan en Casa González. Son en conserva. Pero conservas Gourmet. Tal vez el emplatado no sea el más visual. Daba igual… Que ricos!!!

 Cuando ya nos íbamos, descubrí que también tenían unas estanterías muy atractivas con botellas de vino y conservas para la venta.  

 
Casa González. Muy recomendable.
Calle León 12, Madrid

Consumición descrita 26€
Nos atendió Juan Carmona. Buen profesional. 

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Ilustraciones por Hermes. 

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Ayala Japón 

Gracias.

Gracias a ti… Siempre a ti.
Dedicado a ti que me lees con una sonrisa en tu rostro, incluso antes de empezar a leer.
Dedicado a ti. A quien busco excitar y emocionar.
Dedicado a ti. Que eres mi castillo… Castillo que voy a cuidar. No dejaré que se acumule polvo en tu foso… No me confiare, puesto que no quiero luchar contra otros caballeros…quiero que no se atrevan ni a acercarse. Que te vean inexpugnable… No debo confiarme, o lo notarán… y atacaran.

Tuyas son mis noches y mis anhelos. Míos son tus sueños. Míos, siempre míos. Allá donde tus sueños te lleven, me hallarás. Te los robare con cada amanecer, para que no puedas recordar lo bien que me amaste y tengas que volver a soñarlo. Quiero tenerte siempre con ansias de amarme. Que quieras soñar que me amas y me ames para soñarme. 
Creía tener los celos desterrados de mi cabeza. Pensaba que por fin me había vuelto inmune a ese devastador sentimiento. Hay quien dice que es un síntoma de amor. Que cuando se sienten celos es porque la otra persona te importa. No… No estoy de acuerdo. Más bien creo que es síntoma de inseguridad en uno mismo. Síntoma de sentimiento de propiedad indebida, de intento de manipulación. No… No los quiero en mi vida. 

Eras libre antes de entrar en mis pensamientos, antes de entrar en mi vida, antes de que empezaras a leerme. Y así,… Libre quiero que sigas.

Quiero disfrutar de tu compañía, no de tus ausencias. Quiero que me ames cuando estés conmigo. Cuando no estés conmigo… Que más da lo que hagas? 

No te conformes con escribirme mil, «te quiero»… De poco sirven comparados con un «te amo» susurrado mientras hacemos el amor.

En cambio, un beso, un abrazo, un orgasmo… Sentir tu deseo, tu mirada, ver tu sonrisa… Eso… Me mantiene enamorado.

Hace poco pensaba… «estar a régimen, no quiere decir que no pueda mirar el menú»

Pensaba que la fidelidad consistía en desear a otras, pero no saborearlas.

Ahora me he dado cuenta de que cuando se disfruta y sé sale satisfecho,… Los demás menús, se vuelven invisibles.

Tu…niña…si, tú!!…que me lees cada semana… Tu, eres la que hace que siga escribiendo. La que hace que bulla esta cabecita Mía. 

Tu… La que me excita y emociona.

Gracias.

Gracias a ti… Siempre a ti.

 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando. 

En la calle Ayala. En la misma calle que el restaurante mexicano Tepic, se encuentra este genial restaurante. 

Cocina japonesa, japonesa. Y digo japonesa, por qué es japonesa.

Hace unos días una amiga me decía que había comido en un japonés y que no le había gustado. Decía, que no entendía cómo era posible que estuvieran de moda. Que el olor tan fuerte del pescado le dio náuseas.

Cuando me dijo de que sitio hablaba, lo entendí todo. 

Un japonés es un japonés. Un chino, es un chino. Un asiático, es un chino. Un sushitapper, es un chino. Y así sucesivamente…😇

Ayala Japón es japonés. Y como buen japonés, dispone de carta y además, tiene cuatro diferentes menús. Elegimos el menú ejecutivo 2…

Como en cualquier restaurante japonés que se precie, mientras te preparan los platos, siempre tienen el detalle de invitarte a degustar un delicioso aperitivo para que la bebida no se suba a la cabeza. Personalmente, estoy enamorado de la Kirin Ichiban, Kirin para los amigos.

    

No tardaron mucho en servir el «Maki Variado» que incluía salmón y atún… Y como no, abundante wasabi y genjibre.

La explosión de sabores que siento cuando como Maki o sashimi, me hace siempre querer vaciar el salón de comensales y camareros y convertir la cena en una orgia de sabores y sexo…. Uisssss… Lo que se me acaba de ocurrir… Para otro post!! ( esta cabecita Mía)
  

Aún no había terminado de disfrutar del Maki, cuando sirvieron la «Tempura de Verdura».

Algo que agradecí, ya que así, y para que no se enfriara, comencé a comerla reservando un poco de atún rojo para después.

La Tempura es algo tan sencillo de preparar y tan delicioso al mismo tiempo…Harina, agua fría, aceite a la temperatura adecuada, unos 170ºC  aproximadamente, y a disfrutar de su crujiente sensación en el paladar. Todas sus vitaminas intactas. Todo su sabor y sus jugos. Un placer oral… 
  

Tras el Maki y la Tempura, llegó el plato de «Gyoza Crujiente». Empanadillas que a mí, personalmente me gustan más de aperitivo que como plato de «transición». Deliciosas y sabrosas. El baño en soja debe ser muy breve y superficial o perderán sabor.
  

Después de pasta, pescado y verdura, tocaba carne. El menú elegido tenía todos esos ingrediente. Y ahora le tocaba al » Buey Teriyaki »

No soy muy aficionado a la cocina realizada en Wok, pero reconozco que las verduras en un Wok quedan dé rechupete. Si se sabe usar el Wok, claro. Yo no puedo usarlo en casa. Con vitrocerámica o inducción no se puede. Y quien diga lo contrario solo demuestra no saber usar un Wok. Que alguien me corrija si me equivoco, pero en un Wok se cocina en las paredes del mismo y no en el fondo. 😋

  

Tan solo nos faltaba el postre. Los japoneses no suelen tener chocolate para el postre. Es algo curioso, porque son grandes aficionados a las chocolatinas. Incluso tienen los famosos Kit Kat con sabor a tea verde, wasabi, judías rojas, boniato, Chile picante….Pero como postre, es difícil de ver.

De todas formas un tea verde japonés y un helado de mango, no son para despreciar.

  

Pagamos los 15€ por comensal reglamentarios y nos fuimos a cepillarnos los dientes. Y a otra cosa, mariposa.
Ayala Japón. Un imprescindible entre los japoneses de Madrid. Un lugar donde tener un orgasmo con suspiro final. Súper recomendable 
 
Ayala Japón.

C/ Ayala 67, Madrid

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