LA JAIMA

-«Me gusta que me miren…»

-«Mmmmm, a mí también. »

Sentados sobre las toallas en una pequeña cala en la costa gaditana, mirábamos los cuerpos desnudos de la gente que como nosotros gustaba de quitarse esa incómoda prenda. El bañador.

Sus pechos relucían devolviendo la sonrisa al sol.

Su pubis depilado por completo también sonría, solo que parecía hacerlo mirándo hacia mi.

.
-«La verdad es que me da un morbo increíble sentirme observada mientras me colmas de placer. »

-«Vas a conseguir que me excite. Sabes que contigo, eso es muy fácil. »

No me dio tiempo a decir nada más. Sus labios mordieron los míos al tiempo que sus manos me acariciaban.

Con ella todo es especial. Todo. Hasta lo más insignificante. Con Mia, incluso yo parezco especial. Tiene ese poder.

Y allí estábamos. En una playa con apenas gente. Con gente, con apenas ropa. Con ropa, que apenas escondía unos centímetros de piel. Con la piel desnuda ante nuestros ojos.
El sol era el protagonista de la playa. Estaba a punto de irse a descansar. Pronto estaría buceando en el Atlántico.


.

A eso habíamos ido hasta allí. A ver la puesta de sol. A verla desnudos….  Para qué el sol nos viera haciendo el amor al tiempo que se dejaba mojar por el mar. Aunque si éramos los tres los que acabábamos empapados, tampoco pasaría nada.

-«Me da morbo que me miren, o tal vez el morbo me lo proporciona más la idea de ser «sorprendido» amandote en un lugar público.» Le dije.
-«Pues tal vez haya llegado el momento de despejar esa duda. Aquí no serás sorprendido. Los sorprendidos serán ellos. »


.

Volvió a besarme, solo que esta vez con mucha más intensidad.

No sabría decir que me excitó más en ese primer instante. Tal vez, estar en la playa con gente que había ido a ver la puesta de sol, gente a la que le resultaría imposible no vernos. O tal vez el hecho de notar como su excitación iba por delante de la Mía.

Si. El morbo y sus besos hicieron efecto.

El cielo se iba tiñendo de rojo. Las pocas nubes que adornaban el cielo, parecían desfilar presumidas ante el Sol, mientras este, iba mojándose al entrar en el océano.

-«Ven. Corre. Vayamos al agua. Quiero que me llenes en el mar. Que me llenéis los dos. Corre. El sol no nos espera. »

En pie, tiró de mi mano y me arrastró hasta la orilla.

Primero los pies, luego las rodillas, después los muslos…. después…Mmmm. No hubo después. Cuando las acariciantes y minúsculas olas estaban a punto de esconder lo que no se podía ya esconder, me sujetó con un brazo y con su otra mano tomó el timón y con un pequeño salto hizo que desapareciera en su interior.

-«Sisisisisi. Quiero que me llenes. Quiero que me hagas el amor. Que te vacíes en mi al desaparecer el Sol.»

Las olas apenas tapaban de vez en cuando sus nalgas que se movían arriba y abajo. Sus brazos abrazaban mi cuello al tiempo que su lengua se hundía en mi mientras yo me hundía en ella. El Sol, hacia lo propio.

Éramos cuatro en comunión. Bailando juntos la danza del amor.

-«Follame. Me susurraba. »

-«Follame. Lo quiero ya. »

El mar me ayudaba a sostenerla casi sin esfuerzo. Mis manos en sus nalgas la ayudaban a subir. No necesitaba ayuda para bajar. Sabía bailar como bailan las sirenas.

Era delicioso sentir el frescor del agua y el calor de su interior. Delicioso….delicioso….

Su mirada se perdía en el horizonte. Y en sus ojos podía ver cómo el Sol me ganaba por momentos. Casi se había consumido en el mar mientras yo aún no había hecho sino empezar.

Quise ver también ese momento quise ser testigo de cómo el océano devoraba el día para convertirlo en noche.

Una ola mas fuerte que un titán nos alcanzó en ese instante e hizo que me tambaleara, soltándola y dejándola caer.

La abrace por detrás y juntos vimos desaparecer el último hilo de luz.
De repente, la gente comenzó a aplaudir….

-«Dios mío!!! Espero que aplaudan la puesta de sol y no a nosotros. Susurre medio avergonzado. »
-«Salgamos del agua. Vamos a la arena. Allí no tendrás dudas si vuelven a aplaudir….»

Podia haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando


.

Todo el mundo va allí al ponerse el sol.
La Jaima es el lugar donde confluyen pasos, risas, miradas….

Nuestros pasos nos llevaban también allí.

Al fin y al cabo, nos gusta que nos miren…
Apenas unos instantes antes nos habíamos despedido del sol mientras nuestros cuerpos lo festejaban en la arena envueltos en deseo, respiración entrecortada y miradas lascivas de quienes allí se hallaban.
Ahora Rosaluma me envolvía de nuevo en sus brazos, mientras caminábamos sin apenas separar nuestras miradas ni dejar de sonreír recordando nuestro sol.
Mmmmm…siiii…nos gusta que nos miren…

.
Ya nos estaban esperando… al llegar pudimos sentir sus miradas recorriéndonos y nuestra piel erizándose mientras nos acercábamos a la barra. Sus miradas nos seguían aún cuando nos acomodamos en unos puff con sendos mojitos y besos.

-«Los amantes ya están aquí,  ya podemos empezar»

.
Cómo me excita que nos miren!!
De pronto, como si de una danza, perfectamente coordinada, se tratase los asientos centrales se vaciaron y fueron recogidos por el sexy staff dejando el espacio libre para bailar.
La música elevó la voz para tomar protagonismo y todos los cuerpos se levantaron al tiempo.

La hora había llegado.

Party time….wowww!

.
Mi principe me sacó a bailar con un largo beso y su mano bajo mi vestido ibicenco. Nuestros cuerpos se entrelazaron ahora en posición vertical repitiendo lo que antes hicieron en horizontal…

.

mmmmm… amo que nos miren.
Podía sentir su erección contra mi muslo y sus ojos penetrando en los míos.

-«Déjate llevar, me dijo.» Y lo hice.

Me perdí en sus fuertes brazos de nuevo y danzamos, danzamos, danzamos……

Todos nos miraban…nos encantaba!!
Bailamos y bebimos. Reímos y nos emborrachamos de besos, mientras seguíamos contoneándonos…

Dos parejas de chicos jóvenes que seguramente habían intoxicado su cuerpo de algo más que mojitos, comenzaron a bailar con nosotros.
Las manos de ellos no paraban quietas manoseando a placer los cuerpos de las chicas que escasas de ropa mostraban el gusto por las miradas ajenas tanto como nosotros. La música se volvió lenta por un momento para animar a la gente a visitar la barra para reponer fluidos, momento que los dos chicos recién conocidos aprovecharon para hablar al oído a Rosaluma. Poco después desaparecieron en busca de polvos mágicos. Pero Rosaluma se quedó con nosotras.

Hubo intercambio de miradas al principio e intercambio de besos poco después. La orgia estaba asegurada.

Rosaluma, nos beso a las tres en un beso imposible. El juego de las cuatro lenguas era realmente excitante.

Verle jugando con sus cuerpos y sentirlas a ellas jugando con el mío me excitó hasta umbrales insospechados.

Sus pechos eran firmes. Sus culitos duros y jugosos.

Sentir seis manos en mi cuerpo acariciandome, luchando por cada centímetro de mi piel, peleando en mi entrepierna… Mmmm cerré los ojos y deje que hicieran. Que hicieran lo que quisieran. Me besaron, me lamieron, me mordieron.

Me sobraba el vestido. Sentía la necesidad de arrancarlo y dejar mi bikini como único abrigo.

Abrí los ojos extasiada y me sorprendí viendo como ellas ya habían hecho con sus ropas lo que yo deseaba hacer con la mía.

Mucha gente se animó a hacer lo mismo y comenzaron a rodearnos bailando al ritmo de la música que había vuelto a ser la del principio.

La noche ya era cerrada. Las luces de la Jaima eran tenues e incitadoras. Apetecía llegar al extasis. Apetecían dosis de orgasmo.

No quería más mojitos. Quería el sexo de Rosaluma.

Le miré y me entendió.

.
Rosaluma dijo «Ven» y yo le seguí.

Salimos de aquel lugar hacia la noche oscura con la luna llena como cómplice.

Una cala olvidada nos esperaba.

Sería testigo ideal de nuestro deseo libre de nuevo…

Nos encanta que nos miren!!

La Jaima-. Avd de Trafalgar s/n. Caños de Meca, Cádiz 

Premio Bitácora. Agradezco tu Voto aquí 

Texto escrito a dúo entre Mía y Rosaluma. 

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Todas las fotografías por Rosaluma excepto donde lo indique.  Gif de la Jaima capturado de Google STREET view.


© Rosaluma. Todos los derechos Reservados.

Mama Inés 

«Nos llevamos bien… Quizás si, tendríamos que pensar en enrollarnos algún día…!»

En términos relativos, no hacía tanto tiempo que no nos veíamos. Pero para mí, era una eternidad.

Cuando esa noche, me invitaste a visitarte, se me erizó la piel.

Abriste la puerta en silencio y me besaste con esa sonrisa que me enamoró. Abriste la puerta y lo primero que entró, fue mi corazón.

Vi tu cama y solo pude imaginar… 

Vi tu silueta y solo pude imaginar…

Tu edredón me llamaba. Tu cuerpo me excitaba.

Te desnudé con la mirada y besé tus pechos, pequeños y jugosos. Te desnudé con mis manos y te besé donde no te llegas, sin quitarte la ropa interior.

Mi sexo pedía a gritos follarte!!!

Tu cama parecía no conocerme y puso los pies en la cabeza y la cabeza a los pies.

Me deshice de la ropa que nos quedaba y te empuje sobre ella.

Quería devorarte. Comerte y degustarte. Robarte todo el placer que fuera capaz y mi lengua comenzó a disfrutar…A disfrutarte.

Me encantó que la tuya también quisiera y que me dieras la vuelta dejándome boca arriba.

Lamí y lamí, mientras tus labios me abrazaban… Lamiéndome también.

Tus mulos abrigaban mi cabeza mientras la tuya se movía con soltura y frenesí. … Dios!!!! Que placer!!!

Robándote hasta cuatro orgasmos mi boca libaba miel… Saboreaba tus esencias mientras te retorcías y me apretabas hasta dejarme sin respiración.

Tu edredón blanco y con estampados de colores era ya un revoltijo irreconocible.

Exhausto me deje hacer. Ahora era mi jugo el que debía darte y me concentré en ello.

Deje que tus manos bailaran como se baila en un «pole»… Arriba y abajo… Apretando con fuerza y delicadeza…

El placer me llegaba a ráfagas… Parecía querer explotar y de repente llegaba la calma para volver hasta el umbral del orgasmo. Una y otra vez. Hasta que traspase los límites y no pude contenerme.

Fue maravilloso notar como mi espalda se arqueaba, como mi garganta se secaba en un grito contenido de placer.

Pero fue más excitante aún, notar tus ansias porque nada se derramara. Porque todo, te alimentará.

Fue maravilloso verte relamerte y mirarme a los ojos mientras me decías… Uhmmm… Qué rico!!! Al tiempo que me besabas para compartir plato!!!

Todo lo imaginé mientras llamaba al timbre de tu puerta. Todo lo viví al traspasarla.

Quiero volver a verte. ¿Cuándo volverás a invitarme?

 

 

 

 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando.


Y tras una noche de fiesta, lo mejor es un buen desayuno.
En Chueca, en la calle Hortaleza, esta «Mama Inés». Un café en el que la mayoría de los presentes son gays. Un café, en el que se respira sosiego y creatividad. Bailarines, pintores, escritores, actores y masajistas, se nutren y charlan aquí mientras toman un café y una barrita de pan con aceite y tomate.


No me gusta desentonar y además de pequeño, mi abuela me enseñó que «allá donde fueres haz lo que vieres» y como además, me encanta el pan con tomate y aceite del bueno, pues esa fue mi elección.

El café además es de calidad y para más disfrute, las paredes estaban decoradas con obras pintadas por algún pintor que está empezando. Lo digo por el precio que rondaba entre los 300 y 700€.

Desgraciadamente no hice fotos, así que tendréis que pasar a verlas para decidir si os lo lleváis a casa o no.
Café Mama Inés 

Calle Hortaleza 22

Madrid, España 
Un sitio con encanto.

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Foto de portada, por Marmayan. 

© Rosaluma. Todos los derechos Reservados.

La Darsena

Cuando ella se va…!

Nunca cierra los ojos.

Cuando ella se va…!

No deja lugar a dudas.


Justo antes de irse…!

Llega el silencio previo a la explosión.

Justo antes de irse…!

No… No deja lugar a dudas.

En el momento en que se viene…!

El calor es abrasador.

En el momento en que se viene…!

Me quemo en su placer.

 
Me gusta sentirme el único que la hace correr.

Ven…Ven…Ven…

Si, Niña…hazlo ahora…ven…quiero verte correr.

Mírame… Mírate…
 
Cuando ella vuela hacia mi…!

Cuando ella se va…!

Cuando ella se viene…!

Y corre hacia mi…!

Haciéndo el amor, alguna lágrima se le escapa

Me hipnotiza…

Haciéndo el amor, sus ojos se humedecen.

Uhmmm… Que sexy…

Haciéndo el amor, me abraza.

Y como una revelación…

Me veo…haciéndola el amor,… Y somos…una obra de arte….

Y es que hacerla correr, me deja…

Exhausto, pero con fuerzas para mover montañas…

 Cuando ella se va… 

Y sus labios se encharcan…

Cuando ella se va… Y sus mejillas se inundan de calor… 

Le diría cosas tan bonitas… Le diría que la amo con poesías…

¿Pero como estar a la altura de las suyas?…cuando me dice…

«Cada día contigo parece ser el mejor…hasta que llega el siguiente día y lo supera»

«Mi niño loco…. Loco te conocí, loco me enamoraste… Loca me volviste»


«Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando


Quiero agradecer afectuosamente a Silvia Sala Franca por haber accedido a colaborar con Placeroral. Suyas son las fotografías que encabezan esta entrada, incluida la portada. Os invito a visitar su blog (click aqui), que ademas de fotografías increibles, contiene poesias fruto de su sensual y enorme creatividad.

 

La Darsena es tal vez el mejor restaurante de Suances. Por alguna extraña razón, las fotos que hice durante la cena, se quedaron en el fondo del carrete de mi smartphone. Estuve en esa localidad Cantabra hace ya seis meses y aunque recuerdo perfectamente cada instante que pase en el restaurante, he decidido inventarme una historia para ir explicando lo que allí comí. Esta aclaración la hago porque hay gente que se lo cree todo (Entre los que me incluyo) y quiero dejar claro que los platos son reales pero la historia no. Por increíble que parezca, no fue eso lo que ocurrió.

 

Entre en la App de contactos decidido a darme de baja. Eran demasiadas citas ya. Todo se estaba empezando a frivolizar. Yo empezaba a ser un tempano de hielo y ya todo me valía. Daba igual como fuesen. Lo que me importaba en ese momento era no repetir nombre. Ya tenía Montse, Carmen, Ana, Diana, Conchi, Patricia, Virginia, Monica, Sara, Azucena, Rosa, Maite,  Natasha, Vanessa, Zoe, y un largo etcétera…. Se me había antojado una Cristina. No se la razón tal vez porque había quedado con dos y no me habían gustado. Había que solucionarlo.

Mire la App y enseguida fueron apareciendo Cristinas y entre ellas una que no se llamaba así pero que aparecía en la foto de perfil con un pájaro de vivos colores en su hombro.

¿Quién podía aparecer así en una foto de una app de contactos? Solo una loca. Y me encantan las locas.

Así que ni corto ni perezoso evoque su cuerpo y lo extraje de la pantalla del teléfono materializandolo ante mi… La besé y la pregunté si quería comer antes de ser comida.

Su sonrisa fue tan viva y natural que no pude evitar cogerla de la mano y llevarla a La Darsena.

Allí sin dejar de besarla en ningún momento, decidimos,  que aunque estábamos en un buen restaurante, mejor pedir tapas al estilo taberna. No nos apetecía una paella al estilo santanderino, ni marisco del Cantábrico. Mejor algo ligero para poder después continuar recorriendo la noche, livianos y ágiles.

De primero, «Croquetas de Bacalao con Almejas a la Marinera». Un buen bocado para comenzar.

 Las croquetas eran realmente de bacalao. Mucho bacalao. Exquisitas. Además el sabor de la salsa y el hecho de comer las almejas con las manos, hacia del plato un acto de degustación muy sensual.

La preciosa mujer que tenía ante mi conseguía además excitar mi cuerpo, al verla como se mojaba los labios con la cerveza. Su pelo ondulado parecía recién peinado por una profesional. Sus ojos azules como el cielo y su escote ligero y sugerente acompañaban muy bien a su sonrisa.

Sus uñas pintadas de color turquesa añadían un efecto de joyería a sus manos. Uhmmmm… Estaba deseando ser acariciado por ellas!!

Mientras hablábamos y comíamos, mi imaginación voló….

Hacíamos el amor en el umbral de la puerta de una casa llena de colores. Con el piar de su pajarito de colores como hilo musical. Un encuentro fugaz. Tan solo un momento lleno de pasión y lujuria en el que los dos disfrutamos al máximo. De pie contra la pared del pasillo. A medio desnudar. Tan solo con la ropa que no estorbaba para gozarnos a tope.


Seguimos degustándolo las almejas una a una. Las croquetas una a una. Y sus besos… Los deseaba uno a uno.
Otra vez mi imaginación retomó el vuelo. Ahora era en una cama grande con un cabecero de forja y un baúl a los pies… Las sabanas parecían de nube y el colchón el paraíso. Sus besos se materializaron en la mesa del restaurante al tiempo que sus manos acariciaban mi pierna.

«Cuéntame… A que te dedicas?» Me preguntó

«Soy un viva la virgen» le dije. «Un simple vividor» continúe.

«Llévame contigo» me dijo sonriendo.

 Y tras pedir unos «Calamares» que estaban en su punto de sal, y que recomendaría a cualquiera que visite La Darsena, la abracé y por arte de magia, la lleve hasta mi dormitorio, en Madrid, donde le presenté a mi gato y desenfrenadamente gozamos el uno del otro. Su sabor salado como el mar y su olor fresco como el de un jardín de un palacio real, consiguieron que mi placer se equiparará al suyo. Lo di todo mientras pensaba que ojalá nunca más volviera a meterse en la pantalla de mi teléfono a través de esa app de contactos. La quería solo para mí.

Y en ello estoy. Intentando amarla como nunca he amado. Consiguiendo sin esfuerzo, amarla como nunca he amado.
La Darsena. 

Calle El Muelle, 23

Suances, Cantabria. España
Un lugar donde enamorarse si vas con una persona superextraenamorizable!!! Aunque solo la lleves en tu cabeza.

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Todas las fotografías excepto restaurante, por Silvia Sala Franca, incluida portada.

El Marinero

Déjame decirte una cosa.
Quiero ser la estrella que alumbra tu sexo.

Antes de que hagamos nada…

Déjame decirte una cosa…

… Cuando me enamoro…

Mi estomago susurra secretos…

Cada vez que me rozas, siento gotas de lluvia cayendo a cámara lenta.

… Cuando me enamoro…

Siento tus caderas moviéndose mas rápido que un tren fuera de control.

… Y llueve… Diossss…Como llueve…!!!

Gota y gota tras gota, agua, agua, agua…

Ven a bañarte conmigo…

Ahoguémonos mutuamente en cada una de estas sensaciones.

Báñate conmigo…

Cubramos al mundo con tu perfume y mi loción 

Déjame tocar tu cuerpo … Hasta convertir el río en océano…

Vestidos solo con nuestros besos… Besos sinónimo de que nada esta prohibido…

No existen los tabúes…

… Cuando me enamoro…

Mi cuerpo tiembla con tu mera contemplación…

…ven…

Te mostrare el significado de la compenetración…

Ven… Pero antes…deja a mi lengua jugar con la «V» de tu amor…

…Cuando me enamoro…

…ven… Abrázame… No te muevas…

Antes de empezar…

¿Estamos solos?

Porque yo estoy a punto de abrir mi corazón.

Es el momento de enviar a la gente a casa y de encender las velas…

Quiero que me entiendas…

Solo busco llevarte hasta… más allá de la satisfacción.

Al sol aun le queda tiempo y la noche va a ser muy…

…muy larga…

Hagamos esta fantasía real…

… Uhmm… Traspasemos lo físico…

Porque… Cuando me enamoro…

Si, lo se…

Seguro que has tenido otros amantes…

Pero déjame decirte una cosa niña…

En mis besos tengo magia.

Y te puedo sacar de tu cuerpo.

Todo esta en tu mente…

Siénteme…

¿Has deseado alguna vez morir de placer traspasando la satisfacción? 

No… No contestes ahora… Mejor cuando estemos solos.

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue aunque me lo esté inventando.


Pretencioso como un marinero.

Atrevido y sin dinero.

Hambriento de sed….. 

Me embarque en un barco fantasma. Casi tan fantasma como yo. Tan solo era uno más de los polizones que queríamos aventuras nuevas en las costas del Cantábrico.

Viajaba escondido en el camarote de la Capitana del galeón y fui testigo al principio y coprotagonista después de sus placeres más íntimos…pero no es de eso de lo que escribiré ahora, sino del restaurante donde comí gastándome las pocas monedas que me pago por mis servicios de alcoba.

«El Marinero». Así se lama el bonito restaurante.

Esta ubicado en el paseo marítimo de Suances. Una localidad no muy vistosa de la costa Cantabra. Santander, España.

Digo, no muy vistosa, porque no tiene una esbelta catedral. Tampoco un casco histórico con castillos y mazmorras donde disfrutar del amor furtivo. Pero tiene unas playas preciosa y unas gentes encantadoras.

Me decidí por «El Marinero» porque tiene una decoración diferente a la de los restaurantes que lo acompañan.

Paredes blancas y columnas negras, sillas coloridas y mesas con una distribución más o menos intima. Sin sobrecargar el aforo.
  

Nada más entrar pregunte a una camarera si tenían mesas disponibles para las 14h y no muy simpáticamente me indicó que esperara. Cuando volvió con la noticia de que si tenía hueco para mi, le pregunte por una mesa en concreto… De una forma menos amigable si cabe, me dijo que no, por lo que tuve que elegir otra. 

También era buena ubicación, cerca de la cristalera que daba al paseo y lejos del tránsito de camareros y demás posibles comensales.

Tras una caminata bajo un cielo encapotado y una temperatura ambiente agradable, volví al restaurante.
  

De primero elegí » Mejillones en Salsa, como los de mi madre». Titulo literal. No quise preguntar como los hacia su madre. Temía una respuesta agria.

Cuando la camarera posó el plato sobre la mesa, me sonrió y mirándome a los ojos, me dijo «espero que sean de su gusto. A mi me resultan deliciosos».

Estuve a punto de preguntarle por su hermana gemela, pero opte por auto convencerme de que durante mi paseo, alguien o incluso ella misma, habían pulsado en su botón de reset o bien se había puesto en «modo» amable.

Efectivamente, los mejillones estaban deliciosos y me dio pena comerme el ultimo.

  

Claro que sabiendo que el segundo plato era «Atún Rojo de Almadraba con Champiñones Kimuchi-Nomoto y Salsa Ponzu», enseguida mi paladar se preparó para mi pescado preferido.

La presentación era diferente a como me lo han mostrado en otras ocasiones. 

Ya había avisado que el atún rojo a la plancha me gusta sin plancha. Con que en la cocina le digan al atún… Atún, esta es la plancha. Plancha, este es el atún… Es más que suficiente. No necesito que intimen demasiado. Basta con un pequeño saludo vuelta y vuelta.

Afortunadamente la pseudo borde camarera, había trasmitido mis deseos a la eficiente cocina de «El Marinero»

Espectacular el atún.
 

Y para terminar… La gran sorpresa. La traca final. El orgasmo con suspiro final, tan difícil de encontrar. 

Me deshice en la silla cuando lo pusieron ante mi. «Tarta de tres chocolates texturizados apoyada en helado de mango»

Pensé que tal vez la tarta ya sabia que era yo quien iba a disfrutarlo con mis labios, con mi lengua. Era yo quien iba a acariciarlo contra mi paladar. Yo…quien iba a excitarse al saborear sus matices, sus sabores, sus jugos.

Debía ser así. Debía saberlo y por eso se maquilló y se puso guapa. Y ahí estaba…vestida con su blusa blanca a rayas y sobre unos zapatos de cristal. Normal que debiera apoyarse sobre el mango. Helado de mango, tan naranja como el sol de un romántico atardecer. 

No pude evitar acordarme de «Mía» y quise enviarla un poco por uno de los más conocidos agujeros de gusano. Pero soy débil. Decidí comérmelo y después contárselo.

Exquisita, sensacional, impresionantemente apetitosa tarta de chocolate.

Web de El Marinero click aquí 
El Marinero en Tripadvisor click aquí 

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Todas las fotografías por Rosaluma excepto donde lo indique
© 2015 Rosaluma todos los derechos reservados

La Camarilla

Cuando pasas de la decepción a la indiferencia… 

Hasta te cuesta darte cuenta. Cuando alguien «ya» te es indiferente… Cuesta tener conciencia de ello.

Pero ¿que es la decepción?… Decimos que alguien nos ha decepcionado dando a entender que ese alguien es «culpable»…

Da igual el delito… Es… «culpable»

Pero… ¿Y si la decepción viene provocada por uno mismo, por unas exageradas expectativas? O incluso por unas ¿inventadas expectativas?

¿Quién sería en ese caso el culpable de esa desagradable sensación?

En fin… Ya me resulta indiferente…

No… No eres tu. No te creas protagonista de estas líneas…
Es de este hotel del que hablo. ( al menos hoy y ahora )
Ya hice la digestión y ni me acordaba de las incumplidas promesas del Hotel…!! Decía… «Desayuna como un Rey»

Claro… Yo pensé en el Rey del todavía Reino de España… Imaginaba todas las viandas y me relamía.

Pero en el hotel, debieron inspirarse en la etapa más negra de la Edad Media.
Menos mal que la noche en la suite había sido fantástica. 
Tan solo 15 horas antes de desayunar en Cádiz, estaba sentado aburrido en Madrid, en el sofá mirando perfiles de una de tantas páginas de contactos para solteros. 

Descarté por lejanía a las mujeres que vivían a más de una hora de mi casa. Además sus perfiles eran los típicos. Venían a decir algo así como » hola, soy maravillosa, hago 200 deportes de riesgo a diario, practico yoga 6 horas al día, leo tres libros semanales y está, es mi foto de hace 10 años. Antes de engordar 30 kilos.( bueno…eso se lo callan ) … Abstenerse salidos. No busco rollo de una noche. Lo de mi foto en ropa interior es circunstancial»



Para terminar de licuar mi cerebro encendí la TV… Pero no… No…no y no… Me niego a ver la «Ruleta de la Fortuna»…
Volví a la tablet y seguí leyendo perfiles…

De repente un perfil sin foto… ¿Cádiz? 650km… Ni loco. Esta noche buscaba contacto físico y esa distancia era insalvable…

Pero me dio por leer…

«Llevo toda la vida preparándome para conocerte. 

Quizá debería haberme preparado de otra manera, no sé… 

Seguramente debería haber salido más para ver si te encontraba en algún bar; debería sin duda haber ido más al gimnasio, o debería haberme operado el pecho… Pero en su momento no lo vi tan importante. Y tenía la esperanza de que para ti tampoco lo fuese. 

En lugar de eso, seguí estudiando, y pensé que te gustaría que te hablara de átomos y galaxias. Cuando miraba al cielo me olvidaba de que te esperaba. 

Pensé que disfrutarías hablando conmigo de los libros que hemos leído… 

Aunque mientras los leía no esperaba tener que contártelos algún día. 

Perdona, tengo memoria de pez… Debería haber puesto marcas o post-it de colores…

Viajé, aprendí, desaprendí, volví a aprender y volví a cambiar de opinión. 

Ha pasado mucho tiempo y asumo que ni tu ni yo somos los mismos. 

No pensé que para ti fuese fundamental que tuviéramos hijos juntos, así que los tuve con otro. Espero que tu hayas hecho lo mismo. Si no, te lo recomiendo.

He aprendido nombres de pájaros y de árboles. Me he enamorado de delfines y belugas, también de frailecillos escoceses. He amado mucho y me han amado lo mismo o más. Y de todos ellos he aprendido algo bueno. 

Tampoco supuse que te gustaría que fuese dejando el petardeo por el camino. Ya estamos mayores para eso. Espero que no seas muy tiquismiquis para la música porque lo mismo me enchufo a … Mahler y a Mozart que a Green Day o Rihanna.

Te podría contar hasta reventar. Y lo haré…,si te encuentro… Y si no… Seguiré disfrutando de todo eso, y más.»

 

Cerré los ojos, pronuncie su nombre… «✨Mía✨»…Y me teletransporté… No se…No me preguntes como lo hago. No tengo ni idea. 

.
Hoy habré decepcionado a muchas personas.

Tal vez, a otras no.

Es a estas ultimas a quien me da miedo decepcionar próximamente. 

No quiero resultar indiferente. 

«Podía haber sido verdad y de hecho lo fue aunque me lo esté inventando. «


De vuelta en Madrid viajando a través de un agujero de gusano, me entró un hambre feroz. Esto de curvar el espacio-tiempo consume mucha energía. 

Aparecí en la Cava Baja. Una famosa calle del centro de Madrid por sus restaurantes y locales nocturnos. 
Buscaba algo económico, algo difícil en esa calle donde, en algún restaurante te quitan un riñón a cambio de unos huevos fritos con patatas y jamón. 
Y ante mis ojos apareció La Camarilla. 
   

Comer sentado en un sofá siempre me ha gustado. En realidad en un sofá se pueden hacer tantas cosas…

La decoración es de taberna. Con colores vivos y vistosos. Decorado como si fuera una fábrica de cerveza, sus techos están recorridos por tuberías de cobre y/o latón. 

Sus sillas y taburetes invitan a sentirse cómodo incluso antes de sentarse.  

  

En cuanto entramos, Dominic, el camarero, nos indicó donde sentarnos, preguntando si era de nuestro agrado la mesa seleccionada. Y muy amablemente nos ofreció las cartas con los platos disponibles. 

Al poco tiempo volvió y con una perfecta sonrisa nos dijo que el menú del día era estupendo y nos dejamos asesorar. 

  

  

La Ensalada de Aguacates, Tomate y Vinagreta y el Brocoli Crujiente con Salsa Picante de Cuatro Quesos, fueron los platos que pedimos. Y estaban muy buenos. El Brocoli me sorprendió por su textura. 
  

El Arroz Meloso con Bacalao y Gambas con Lascas de Jamón estaba un poco pasado de sal. Claro que en mi caso, que no soy un gran consumidor de sal, un miligramo más de sal en un plato, ya es motivo para decir que esta salado. 

La cocción de arroz perfecta. Eso si 

  

En cuanto al salmón. Pues simplemente salmón a la plancha. Bueno, con salsa tártara. Pero vaya… Que donde este el salmón crudo… 

Las patatas muy ricas y la salsa tártara… Pues no se… A mi me parece que estas salsas solo consiguen apagar el sabor del salmón. 
Ahora que lo pienso… Tengo pendiente ir a un restaurante Mexicano. Pero eso será otra historia más salsera.   
   

Llegamos a los postres seleccionando tarta de chocolate blanco con canela y piña natural. La tarta Era tamaño cumpleaños familiar. No pude comer ni la mitad. Rica. Aunque no la mejor que he comido. 

La piña, refrescante y a falta de maduración. Pero no podía ser todo perfecto. 

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Cafe del Infante

El sexo en lugares públicos siempre me ha resultado muy morboso. 😈

Uhmmm…. A mi también!!!

Me gusta pasear contigo, cogidos de la mano. Hablando de cualquier cosa. Simplemente disfrutando de tu compañía.

Uhmmm… A mi también!!!

Es una de esas fantasías realizadas que nunca dejan de ser fantasías por mucho que las repita. Me encanta. 

Uhmmm… A mi también!!!

Estar en un lugar público y de repente sentir que estamos solos… Una mirada y de repente… Me gustaría comerte.⛔️

Uhmmm… A mi también!!!

Que ciudad tan bonita. Que paisajes tan excitantes…

Que noche tan cálida… Es julio. El mes de las velas…

Tu cadera en mi mano y tu escote en mis ojos…

Edificios medievales… Cuanta historia escondida…

Tus labios sonrientes y tu mirada ilusionada…

Cuantas calles empedradas… Cuantos caballeros de ilustre figura las habrán recorrido a lomo de sus caballos de batalla. 

Tus pies… uno adelantando al otro y tus brazos al compás…

Los balcones enrejados… Iluminados para ti. 

  
Un paseo entre la multitud… Parece que todo el mundo ha salido a vernos. 

Mi mano en tu cintura, mis ojos en tu escote…

Una puerta de madera tachonada… 700 años dando paso. Una placa anunciadora… «Exposicion, la pasión y el fuego. Arte figurativo»

Precio 1€.

Pocas personas, muchas obras,… Todas invisibles en cuanto descubrimos el jardín interior. ⛔️

De repente parecía todo al revés… Pocas obras. Mucha gente…

La luz tenue del jardín alumbra nuestros pasos…En el cielo, la Vía láctea parece un chorro lechoso dibujado para ti. Un chorro lascivo. 

Cuatro esquinas. Cuatro árboles. Muchas flores… Cuanta gente…Me gustaría besarte, pensé. Me gustaría comerte.

Uhmmm…. A mi también!!

Te levantaría la falda y te apretaría contra uno de esos muros centenarios…me gustaría. 

Uhmmm…. A mi también!!

Si esa pareja saliera del jardín, nos quedaríamos solos. 

Si esa pareja volviese a la exposición, tu y yo seriamos uno. 

Si esa pareja se sintiera incomoda!!!…, si nos ven tal vez dejen de ver… Si nos miran tal vez dejen de mirar…Bésame. Frótate conmigo.. 

Uhmmmm si. Así… No aguanto más. Así… Hunde tu lengua en mi boca. Si… Así…. Mi pantalón se ha quedado pequeño. 

Si…!!!… Llévame hacia ti… Nota mi pasión. La notas, lo se. 

Solo un botón en mi pantalón y esa pareja, se interponen entre nosotros y la Via Láctea. 

Solo un botón que sueltas apresuradamente. 

Uhmmmm… ahora no hay nada que me retenga. Mi sangre me abandona. Conoce el camino. 

Uffffff…!!… nos han visto… Yo no lo veo. Morder tu cuello me deja ciego y tus gemidos son el único sonido que se escuchar…

Nos han visto. Se van. Nos han visto. Estamos solos….

Esta esquina es la más iluminada… Calla, me dices!! Bésame. 

Mi pantalón ya no esconde mis caderas… Tu falda muestra tu jardín… Dos jardines, cinco árboles!!!

Tu fruto tan jugoso…mis dedos tan húmedos…

Tus rodillas en el suelo…tu boca llena…

   

 Otra pareja en el jardín… 

Nos miran y les miro con la cara desencajada. 

Sonríen y yo me muerdo un labio… 

Uhmmm …quiero hablarte pero se me escapa el aire. 

Quiero avisarte… Pero ya se van…

Se cogen de la mano y desaparecen mirando hacia atrás. 

Levanta…!!! Vienen más… Oigo voces…

Uhmmm… Yo también!!!

De pie en nuestra esquina… De pie… Es nuestro jardín…

Levantas una pierna que sujeto con el brazo mientras mi mano se hace fuerte tras de ti. 

Bésame… Ahora no pares… Te quiero dentro de mi. 

Tus manos me guían, y me deslizo en tu interior. 

Un grito ahogado suena en nuestras bocas. Lenguas anudadas. 

El muro es nuestro lecho, tus manos en mis glúteos marcan el compás. 

Las voces…, nos dan velocidad… Las voces se aproximan…

Rápido… Más rápido…vienen…dámelo ya…!!

Las hiedras son oscuras…tus piernas blancas…mi pantalón por el suelo. Imposible de sujetar. 

Y te hago levitar… Tu espalda se funde con el muro cuando levanto tu otra pierna. 

  
Voces…muchas voces…

Gemidos entre tu boca y la mía. 

Gemidos…charcos…océanos me empapan como queriendo regar este jardín…

Dámelo ya, me suplicas… 

Muerdo tu cuello…cuento cada estrella, las empujo con la fuerza de Pegaso… Una y otra vez…las empujó… Y me abandono…dejando la Vía Láctea en tu interior…

Somos Dioses del Olimpo…los demás en el jardín… Simples mortales. 

Nos vestimos y nos vamos…

Cuatro esquinas… Tres sin visitar… 

Podía haber sido verdad y de hecho lo fue, aunque me lo esté inventando. 

Quiero agradecer a Valeria su inestimable colaboración totalmente desinteresada. Suyas son las  ilustraciones de este post. 

No te pierdas su blog lleno de erotismo y preciosos y sensuales dibujos. «LOSLABIOSDEVALERIA» click aquí 

   

El Café del Infante no solo es un palacete. No solo es un restaurante y no solo es una bonita terraza con un elegante jardín. Es además un lugar para enamorarse. 

Tomar una copa mientras escuchas un concierto de piano o de violín es perfecto para relajarse y para dar por bien gastado un puñado de euros. 

Este establecimiento está situado en la «Casa de Godoy» en Villaviciosa de Odón, a escaso 15 km del centro de Madrid. 

Tiene tres o incluso cuatro ambientes. 

Uno. El salón interior en el que además de mesas, también tiene una exposición. 

Dos. La terraza con sillas de mimbre donde puedes degustar desde un coctel hasta un café. 

Tres. También en terraza, la zona de mesas con mantel para cenas y meriendas. Comer se me antoja un poco caluroso. 

Cuatro. El jardín donde se puede celebrar un bautizo, comunión o incluso ponerse a bien con la familia de tu pareja con el consiguiente grillete, en principio, de por vida.
  

Tal vez el servicio sea un poco lento. Tardan en atender las mesas. Se puede dar el caso de que el camarero lleve la factura a la mesa de al lado y pase por la tuya con las manos vacías y no se le ocurra tomar nota de lo que quieres tomar… Pero aún así,… No le puedo poner faltas porque oye,… El sitio invita al sosiego. Y el que tenga prisa, que se vaya a un take-away, digo yo!!

  

Solo fuimos a tomar un refrescante tinto de verano con un toque de vermut al estilo «Anye» y un mosto, pero fue suficiente para relajarse y pensar en volver una noche con un ser angelical para poder gozar de las estrellas. 
  

La minúscula zona Chill Out es fácil de encontrar libre por la tarde. No se como estará por la noche. Tal vez el «Gerente» del Café del Infante tenga a bien instalar algún sofá más el verano que viene. 

Cuando lo visite de noche tal vez reeditaré esta entrada y pueda opinar. De momento solo puedo decir lo ya dicho. 

Añadiré que es un sitio muy recomendable. Igualmente su blog, en el que podéis ver futuros eventos así como la bebida de la semana.
 

Los jardines son espectaculares y no…no son estos los que inspiraron el prólogo de esta entrada del blog. 

Café del Infante en Tripadvisor, click aquí. 
Blog del Café del Infante. Click aquí

Una  vez más agradezco a Valeria sus dibujos. 

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